Al sacar de casa los medicamentos que no necesita, disminuye el riesgo de que los adolescentes, los miembros de la familia o los invitados a su casa hagan un mal uso intencionado de ellos o ingieran una sobredosis. También disminuye el riesgo de envenenamiento accidental de niños y animales domésticos que, por desgracia, es demasiado frecuente.
Los medicamentos tirados a la basura también pueden hacer daño. Cuando los medicamentos se tiran por el inodoro, pueden llegar a nuestros ríos, lagos y océanos. Desechar correctamente los medicamentos, ya sea en un punto de recogida permanente o durante una jornada de recogida, mantiene a salvo a nuestros seres queridos y al medio ambiente.